Caligrama
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Caligrama de Guillaume Apollinaire |
Dicho término fue
propuesto por el poeta vanguardista francés Guillaume Apollinaire en 1918. Desde joven se interesó por los caracteres chinos, entre otros, como
ejemplos de síntesis entre la palabra y la imagen.
Los caligramas son poesías para mirar, donde el poema dibuja un objeto relacionado al tema principal de éste.
Y ahora... vosotros y vosotras os vais a convertir en creadores de caligramas.
Para ello, fíjate en algunos de los siguientes ejemplos y elige el texto que más te guste.
"La balada del agua del mar" de
Lorca (A Emilio Prados)
-Llevo,
señor, el agua
de los mares.
-Esas lágrimas salobres
¿de dónde vienen, madre?
-Lloro, señor, el agua
de los mares.
-Corazón, y esta amargura
seria, ¿de dónde nace?
-¡Amarga mucho el agua
de los mares!
“Agua no puedo mirarte” de Carlos Vásquez.
Agua silenciosa rodéame.
Agua enamorada baja.
Agua nocturna quédate.
Agua perdida acógeme.
Agua despeñada sujétame.
Agua luminosa no puedo ver.
Agua compasiva ruega por mí.
Agua corazón déjame entrar.
“El mar. La mar” de Rafael Alberti.
El mar. La mar.
El mar. ¡Sólo la mar!
¿Por qué me trajiste, padre, a la ciudad?
¿Por qué me desenterraste del mar?
En sueños la marejada
me tira del corazón;
se
lo quisiera llevar.
Padre, ¿por qué me trajiste acá?
Gimiendo por ver el mar,
un marinerito en tierra
iza al aire este lamento:
¡Ay mi blusa marinera;
siempre me la inflaba el viento
al divisar la escollera!
“Agua” de Gabriela Mistral.
Hay países que yo recuerdo
como recuerdo mis infancias.
Son países de mar o río,
de pastales, de vegas y aguas.
Aldea mía sobre el Ródano,
rendida en río y en cigarras;
Antilla en palmas verdi-negras
que a medio mar está y me llama;
¡roca lígure de Portofino,
mar italiana, mar italiana!
Me han traído a país sin
río,
tierras-Agar, tierras sin agua;
Saras blancas y Saras rojas,
donde pecaron otras razas,
de pecado rojo de atridas
que cuentan gredas tajeadas;
que no nacieron como un niño
con unas carnazones grasas,
cuando las oigo, sin un silbo,
cuando las cruzo, sin mirada.
Quiero volver a tierras
niñas;
llévenme a un blando país de aguas.
En grandes pastos envejezca
y haga al río fábula y fábula.
Tenga una fuente por mi madre
y en la siesta salga a buscarla,
y en jarras baje de una peña
un agua dulce, aguda y áspera.
Me venza y pare los
alientos
el agua acérrima y helada.
¡Rompa mi vaso y al beberla
me vuelva niñas las entrañas!